lunes, 28 de diciembre de 2009

Internet, un medio de comunicación social... ¿con matices?

Es sorprendente que, con los tiempos que corren, con toda la tecnología y los avances que tenemos a nuestra mano, todavía haya personas que desconozcan en qué consiste Internet y cuál es su alcance real. No podemos dejar de sorprendernos, sobre todo, cuando es un juez el que decide lo que es y lo que no es Internet: es justo aceptar las decisiones judiciales cuando se atañen a hacer cumplir las leyes, pero ¿desde cuándo es legítima la opinión personal -e infundada- de un juez?, ¿de dónde se ha sacado el magistrado Ricardo Rodríguez Fernández, titular del Juzgado de lo Penal nº 16 de Madrid, que la protección constituacional del derecho a la información debe "matizarse" en Internet ya que, según afirma, éste no es "un medio de comunicación social en sentido estricto"? Es decir, que el periodismo (y, por ende, la libertad de expresión) hecho por y para Internet no goza de la misma protección que el ejercido en prensa escrita, radio o televisión porque la Red no es un medio propiamente dicho. No obstante, todavía conservamos la esperanza de que exista otro juez más cuerdo que ratifique lo que estos dos periodistas son, además de inocentes: dos profesionales como la copa de un pino.

ACTUALIZACIÓN a 15 de enero de 2010:

Se ha creado un grupo en Facebook llamado "Contra la condena a periodistas de la SER por informar en Internet" que a día de hoy consta de 5.219 seguidores.

El pasado 10 de enero, Juan Luis Cebrián escribía el siguiente artículo de opinión en El País: "Ni respeto ni silencio".

jueves, 24 de diciembre de 2009

Otro blog más dando la tabarra... ¿pero por qué de este tipo?

Porque las circunstancias me han obligado a abrir un blog nuevo y he pensado: ¿y por qué no sobre ética y medios de comunicación? Hace ya tiempo que en El Gato Ciempiés he ido publicando entradas relacionadas con la televisión, la telebasura y la precariedad del empleo del periodista (entre otras cosas); por lo que quizás sea ahora un buen momento para tratar estos temas desde un punto de vista más serio, más formal y, sobre todo, más profundo.

Y qué mejor manera de empezar que con los buenas intenciones propias de la Navidad y Año Nuevo.